Hay conceptos que sólo se entienden por oposición: asimetría es uno de ellos. Los dicionarios definen este término como la carencia de simetría o lo contrario a ella. Es imprescindible, por lo tanto, saber qué es la simetría para comprender la idea de asimetría.
Con origen en el latín symmetria y antecedentes más remotos en la lengua griega, la simetría es la cualidad que refiere a la correspondencia en cuanto a las dimensiones, las formas y las ubicaciones de los diversos componentes que forman un todo.
Cuando dicha correspondencia no existe, se habla de asimetría. En otras palabras: lo que no es simétrico, es asimétrico. A nivel general, puede decirse que la simetría se asocia a la belleza, por lo que aquello que tiene asimetría no es bello o resulta disonante en su falta de armonía.
Sin embargo, no todos consideran la asimetría como un rasgo negativo; por el contrario, en muchos ámbitos se aprecia la cualidad de único a una disposición asimétrica de los rasgos, de las formas que pueden imprimir en un ser vivo o en cualquier objeto natural o artificial.
La asimetría no implica desequilibrio, solo desigualdad
Una composición asimétrica es aquella en la que una parte pesa más que las otras. Las composiciones asimétricas suelen ser más llamativas y ofrecer mejores resultados que las simétricas. La asimetría permite más libertad de composición y organizar jerárquicamente los elementos.
Una composición asimétrica puede transmitir tensión, dinamismo, alegría, vitalidad, movimiento, etc. y suele tener mayor impacto expresivo, provoca sorpresa en el espectador y es más ágil y dinámica que una simétrica.